Y ser consciente que mañana será un nuevo día

Solo me quedaba cerrar los ojos y esperar a que llegase Morfeo y produjese su magia sobre mí, como había hecho hacía rato con los demás.

Pero como no, en estos casos yo no cuento con el favor de los Dioses.

Morfeo no llegó esa noche más que para dejarme dormitar tres horas malamente. En cambio sí me visitó antes de éste Potos, Dios de la melancolía. ¿Quién puede resistirse a un Dios si éste llega a darte su atención? Y así fue como pasé la noche en mi cuarto, mientras los otros dormían plácidamente. Pensando, recordando, y lamentándome de todo lo pasado. De las acciones realizadas, los sentimientos surgidos a raíz de éstas, y de aquello que no debería de haberse producido pero así fue. De aquello de lo que soy directamente responsable, y que me arrepiento tanto… y más al saber que es principalmente por mi ignorancia.

Así es como me pasé las horas sin que ninguna otra persona se diese cuenta, llorando en silencio por todo lo pasado, todo lo vivido, todo lo sufrido. Y lo último que me dije ántes de caer rendida de agotamiento fue que mejor así, que esos momentos, tus peores momentos, mejor pasarlos a solas. Que si puedes hacer eso y seguir adelante entonces estás bien. Es el momento en el que te dices que todo estará bien, que seguirás adelante y te lo crees, porque lo has conseguido por ti misma.

No pediré que se borre el pasado, aun si estuviese en mi poder, pero desearía que los efectos de lo ocurrido no fuesen tan malos como cabe la posibilidad. Pero como ya he dicho, no cuento con el favor de los Dioses y tampoco voy a depender de ello.

Sólo me cabe esperar que el tiempo suavice lo ocurrido, sus efectos, y que yo aprenda de los errores cometidos.

No se les puede pedir nada a los Dioses, no se puede depender de la suerte ni de las demás personas, porque en este mundo hay algo que el ser humano aún si le cuesta mucho, ha de aprender y ser consciente. No hay nadie que nos va a salvar, nadie más que nosotros mismos.

Nadie que nos resolverá la vida, que nos dará una palmadita en la espalda y solucionará todo por nosotros, eso nos toca hacerlo a nosotros mismos. Y por ser consciente de ello entonces he de dar las gracias a los Dioses por ser responsable de ser quién soy en este momento entonces. Gracias.