Porque aquí simplemente, y realmente, soy yo misma.

jueves, 1 de agosto de 2013




A veces las mejores acciones pueden desencadenar las peores consecuencias.
  
Mereces más que la muerte. Una vida llena de tormentos no sería suficiente.

Maté a alguien a sangre fría, y no me arrepiento. Eso sí te cambia.


Ser un adulto decente, esa es la cosa más difícil de hacer.


La vida, un camino por recorrer

Todo camino que tenemos que recorrer tiene un destino final, y no, no estoy hablando de la muerte. Somos individuos con un propósito, es por algo por lo que estamos vivos y seguimos viviendo. La vida nos presenta un camino que tenemos que recorrer, bien corriendo, andando, haciendo multitud de paradas... pero lo tenemos que recorrer. Pero a la vez tenemos la libertad de nosotros ir modificando ese camino. Hay cosas que no podremos evitar, baches, árboles, ¡quizá hasta tengamos que saltar un riachuelo! pero lo que sí podemos hacer es controlar nuestro ánimo y decidir nuestro destino final. Puede que tardemos más o menos, o quizá hasta nos quedemos muy cerca de ese destino que nos hemos metido entre ceja y ceja y nunca podamos llegar a él. Pero lo importante es que todos tenemos un camino que recorrer, y todos en realidad tenemos en mente el mismo destino. Todos queremos ser felices.
Nuestro camino se puede cruzar con el de muchos otros, y por un tiempo podremos tener compañia en algún tramo de nuestro camino. ¿Pero sabeis una cosa? Nuestro camino sigue siendo único. Tú camino empieza dónde se te ha plantado en el mundo, y si bien puede tener un mismo destino, el recorrido no será igual para todo el mundo ni la persona lo recorrerá al mismo ritmo ni con el mismo espíritu. Sí, creo que somos únicos. ¿Es algo bonito, no? Aunque también tiene sus partes malas, por supuesto. El recorrido de cada uno será distinto y más o menos duro, pero tampoco quiero hablar de eso. Lo que quiero transmitir es la importancia que tiene ser conscientes que nuestro espíritu, nuestra actitud al recorrer ese camino, tiene muchísima importancia. Así como que con cada paso, si somos nosotros mismos y realmente abrimos los ojos, nos acerca más a el destino tan ansiado.
Como bien he dicho, se nos presentarán escenarios que no podremos controlar, pero en vez de deprimirnos y pararnos o bien dar marcha atrás para evitarlos, precisamente debemos afrontarlos. ¡Y hay que afrontarlos con la cabeza bien alta!Estar orgullosos, ya que Ese es vuestro camino. Y vuestra meta indudablemente os hará ver que valdrá la pena tantas penurias.
Hemos de abrir bien los ojos, ya que el ser felices depende completamente de nosotros. El mundo nos puede poner las trabas y hacernos vivir las vivencias más salvajes y horribles, pero somos nosotros quienes decidimos si ser felices o no. Si limitarnos a esas experiencias, o no. Si quedarnos estancados en esos escenarios, en ese tramo del camino, amargados y dolidos, o seguir hacia delante.

Y no es solo importantísimo el tener la fuerza de seguir hacia delante, así como la valentía de continuar un camino que realmente no sabemos qué rutas tomará o cómo será el recorrido. (Sí, debemos de estar orgullosos de nosotros mismos!Ante todo buena actitud!Porque nos la merecemos, merecemos ser felices)Sino intentar mantener la mejor actitud posible durante todo el camino. Disfrutar también de éste.

Sí, es algo super dificil. Sí, soy consciente que no siempre lo vamos a poder recordar. Pero para mí, esto es verdad. Y estoy agradecida por tener la oportunidad de poder caminar. Agradecida de estar viva.

Caminaré todo lo que me toque, me pararé si así lo necesito en ese momento, ya que a todos nos cansa tan arduo recorrido. Es algo totalmente normal. Y no nos debemos tampoco desanimar por ello. Cada uno tiene su ritmo. Y ante todo, mientras me toca recorrer mi camino, intentaré disfrutar de éste todo lo que pueda. Porque sigo viva, porque hay tantas cosas por ver y experimentar que valen la pena el esforzarse. El recordarse que debemos de continuar, que debemos de admirar y disfrutar de éstas tanto como podamos.
Quiero vivir, quiero sentir que estoy viva. Quiero disfrutar del camino que me toca recorrer. Y lo más importante, quiero ser feliz.